miércoles, 2 de enero de 2013

Los saqueos en la Argentina, ese cuerpo en descomposición - Pensamiento Nacional - Juan Pablo Vitali


JUAN PABLO VITALI


Algunos de mis amigos me preguntan desde Europa ¿Qué está pasando en la Argentina? Cuando les digo que no pasa nada se asombran.

Ha habido algunos saqueos, es cierto, pero ya es una forma de vida. Internas políticas y marginalidad social. Más de unas o de las otras, da igual. Que nadie piense que la gente que saquea pasa hambre. Nadie pasa hambre e la Argentina, salvo en algunos casos muy aislados y en el interior del país. Lo que ocurre es muy distinto.

Se ha decidido hace tiempo fomentar un sistema de vida donde la gente cobra por no trabajar. Es mucha gente y se extiende a los inmigrantes de países limítrofes. A eso se llama ahora justicia social: a que una persona no trabaje hasta los treinta, los cuarenta, o acaso no trabaje en su vida. ¡Y pensar que este país se hizo con el trabajo fecundo!

Las clases medias protestan, pero en el fondo no les importa nada de lo que pasa. No tienen proyecto de país y saben que las clases más bajas de algún modo tienen que comer, aunque sea viviendo en la indignidad eterna de los planes sociales y de su gran masa de dinero manipulada políticamente. Salud, educación y vivienda son pretensiones mínimas que se cubren con poco. Y lo que no se consigue con el plan social se consigue con la marginalidad y el delito, como es el caso de estos saqueos que, inducidos o no, son parte de una lógica. Alcohol y pantallas planas son lo que más se ha saqueado estos días ¡Qué país curioso la Argentina, donde sale gente a procurarse el sustento saqueando ese tipo de bienes!

La fuerza de choque de la marginalidad subvencionada como todo mercenario suele cambiar de amo o trabajar para varios a la vez. Como dije: es una forma de vida. Las clases medias se aíslan en su burbuja plástica de mercado. A decir verdad, si juzgamos por el parque automotor y por el turismo, parece que no les va tan mal. Vociferan contra el autoritarismo, pero en el fondo lo que están haciendo es calculando el precio por el cual lo van a soportar. Están acostumbrados a considerar el costo-beneficio inmediato e individual. De eso viven.

Parece que un pueblo con una rica historia ha decidido vender los bienes de la abuela a precio vil, sea cual sea el discurso. Liberalismo de mercado o chavismo cómplice de las multinacionales: tanto da. Quizá nos hemos cansado de luchar o acaso la transformación cultural de la población ha sido más profunda de lo que me había parecido.

Para los que quieren saber qué pasa en la Argentina, que sepan que todo es una política interna donde se cobra por moverse en cualquier sentido. Ser marginal socialmente no quiere decir ser idiota, y además cuando la marginalidad es la regla, las formas de actuar que se ven ahora son lo normal. Y las clases medias son más marginales todavía porque han decidido abandonar la política en pos del mercado, que es su único dios.

Es lógico que haya gente en Europa o en cualquier otro lado del mundo que se asombre. Después de todo fue con el trabajo y la capacidad de la inmigración europea como este país se hizo grande, colocándose a principios del siglo XX entre los primeros del mundo no sólo en lo económico, sino también en lo cultural y en lo social.

Pero ya nada es lo que era. No pasa nada en la Argentina, es sólo un cuerpo en descomposición.

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